Levántate del sofá, de tu zona de confort
Imagínate que entro a tu casa, con una caja de fósforos y un bidón de gasolina y te digo: ¿Quema tu sofá? Sí, ese mismo sofá de toda la vida, desgastado en los bordes, descolorido y que cruje cada vez que te sientas, pero que es taaaaan cómodo porque es, precisamente, el sofá de toda la vida?